sábado, julio 27, 2024
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ECOS DEL PARTIDO: Un partido imposible

El fútbol es un negocio difícil como empresa. Los detalles son demasiado importantes y muchas veces marcan el devenir del resultado de un partido, y por lo tanto la cuenta de resultados. Acabo de ver terminar el Málaga – Cartagena. Nos interesaba, lo mismo que cualquiera de los resultados de los equipos que estén por debajo y, en condiciones normales, nos interesa que pierdan… No, no  nos engañemos. No tenemos nada ni contra el Málaga, en concreto, ni con el resto de ellos. Tenemos a favor de nuestro equipo, del Burgos, y cualquier resultado que sirva para salvar la temporada debe ser bien recibido.

Y digo lo de caro porque, mientras el partido se consumía (me refiero al Málaga-Cartagena), mi equipo (los cartageneros) dominaban, llevaban el control del balón y del partido; pero no contabilicé ningún tiro a puerta prometedor para lograr la igualada (ganaban los malacitanos desde el 54’ de partido). Pensaba que los cartageneros sufrían de la misma medicina que sufre el Burgos. Las dificultades que se tienen para lograr un gol, por mucha igualdad o, incluso, superioridad sobre tu rival, y más, cuando el resultado está en contra.

Al final, fue un detalle el que trajo una noticia más positiva del encuentro del lunes. El gol del empate llegó, y cierta satisfacción por que los malagueños no sumen tres (insisto: nada tengo contra ellos). Pero hay que recurrir al detalle: unas ganas y necesidad de ganar de los blanquiazules que podrían haber jugado en contra de ellos mismos; y, lógicamente, el acierto visitante de acumular hombres en el área esperando el milagro. Quizá sea un detalle que nosotros aún no nos sabemos fabricar. Habrá que esperar…

Pero remitámonos a nuestro partido. Jugábamos contra el líder que le presuponíamos muy bueno… y lo es. Y lo demuestra porque, primero aprovecha lo que le dejas, y, luego, porque es capaz de, aun cuando puede no llevar el control, dar la sensación de que el gol está más cerca para él que para el equipo que achucha, domina e intenta intentarlo.

No  nos engañemos, la derrota en Éibar era un resultado más que posible y que entraba, de alguna manera, en las cábalas que todos llevábamos en la cabeza. Quizá sea una causa de que, al final, consumado el marcador negativo, pronto se pase de página, no se quiera mirar mucho más al partido, y mirar para adelante. “¡Mucho Éibar…! Centrémonos en Fuenlabrada. Ese es nuestro partido”. Y hay para todo: “tenemos que ganar, sí o sí…”, “tenemos que puntuar,…” Cuidado, no veo admitir la derrota como posible. Pues digamos que el “Fuenla” no es un equipo cojo que digamos, pero, eso sí, en zona de descenso. ¿Y Por qué?, porque, entre otras cosas, lleva cinco partidos sin ganar y eso penaliza mucho (3 puntos de 15 posibles). Pero, ¡cuidado!, en esos partidos, empates frente a Valladolid y Éibar. Ahora bien, no sería justo no hacerse eco de su tercer empate frente al Alcorcón. Con dos goles de ventaja frente al colista, cierto es que jugando en casa de éstos, no supieron mantener un resultado claro que les otorgaba una victoria imprescindible para buscar la salvación. Y es que, en seis minutos, echaron por tierra todo el trabajo que hasta ese momento habían realizado y el fútbol no perdona.

Pero digamos que lo llamativo de Ipurua estuvo en la rueda de prensa posterior. No me pareció que Calero, al principio, mostrara una cara de indignación y más bien, quizá por buscar algo que empatice más conmigo y mis sensaciones, de resignación. Pero al final, en general, habéis coincidido en que los jugadores, durante el partido, mostraron una cara positiva en la entrega, nada fuera de lo normal y que pudiera ser preocupante; y, en efecto, sí os hacéis eco de que Calero no estuvo benevolente en sus declaraciones.

Quiero suponer que en la búsqueda de la arenga, quizá en esta ocasión no estuvo muy acertado. Sobre todo porque dio la sensación de dejar un mensaje concreto hacia alguien concreto (es fácil pensar que a sus jugadores o a alguno de ellos). Un mensaje que quizá, si tiene razón de ser, debe ser más privado, y si no, ajustar más las formas. Al final debe quedarse en una simple anécdota de un postpartido que no salido bien.

Y, eso sí, reaccionar ante la aparición, nuevamente, de ese equipo facilón en demasía, que deja  el camino demasiado libre para su rival. Si éste además tiene la calidad que tiene, termina por no perdonar. Y, con nuestros problemas a la hora de crear peligro, la situación terminó siendo un partido imposible.

Al final, lo mejor de todo, fue sin duda y una vez más, la afición. Ya son muchos los comentarios de su actitud, formas y maneras en Éibar. Es un orgullo ver cómo cumplen aun estando las cosas imposibles. Con estos sí que se puede ir a cualquier sitio.

Las notas del partido

El mejor: Es complicado resaltar un jugador. El nivel de ellos fue parejo, y solo marcan diferencia quizá aquellos que fueron, por desgracia, más protagonistas en los goles. De manera que, cayendo quizá en una posición ventajista, creo que se debe aprovechar para destacar a un colectivo que lleva varias temporadas en una labor espectacular y que, ahora, en una categoría más visionada, dan una imagen inmejorable que agranda el equipo y a la ciudad. Aprovechemos Éibar y el increíble e inmejorable comportamiento para señalar como el mejor a la afición. (10)

Alfonso Herrero: Poco pudo hacer en el primer gol, pero falló estrepitosamente en el segundo, midiendo mal su salida y dando facilidades al rival para marcar el segundo. Y aunque no tenga valor estadístico porque la jugada estaba invalidada, no me resisto a resaltar la parada del partido, en un remate eibarrés que, con una mano increíble, impide el gol. Estuvo en su línea pero la jugada del gol le resta puntos. (3)

Álvaro Rodríguez: Volvió al once tras su parón. Hoy por hoy es el defensa natural que tiene el Burgos para la posición de lateral derecho. Se le pide algo más. (4)

Matos: Sigue siendo un jugador incisivo por la banda y mantiene su nivel defensivo. Buen nivel. (6)

Aitor Córdoba: Mejoró su rendimiento con respecto al último partido, aunque bien es verdad que, en éste, se encontró más protegido con la línea de cinco defensas. Sin complicarse. (5)

Miguel Rubio: Ha bajado su rendimiento en los últimos dos partidos. Al menos, da sensación de más inseguridad. Necesitamos la versión mejorada. Fue sustituido. (4)

Grego Sierra: En la línea defensiva fue el que más puso y expuso. Su presencia revalorizó la zona de centrales y se notó su presencia. (6)

Elguezabal: Ya le conocemos. Tiene problemas en la construcción aunque es un gran colaborador en defensa. Sigue gustando más como central. (5)

Andy Rodriguez: Muy solo en el centro del campo para crear juego antes de la entrada de Mumo. A partir de ahí mejoró en el campo. (5)

Valcarce: Lleva varias partidos a un nivel más bajo. No aparece lo que se le necesita y vuelve a abusar de buscar la falta del rival que se terminan traduciendo en pérdidas de balón. Muchas de ellas no lo son. Pero sigue teniendo esa habilidad para crear su oportunidad clara (la más clara del Burgos en este partido). (4)

Juanma García: Muy voluntarioso, manteniendo su nivel de entrega. Pero no estuvo fino en el juego del balón y volvió a bajar preocupantemente su rendimiento en campo contrario. Es que se le echa mucho de menos. (4)

Guillermo: Volvió al once de inicio. Al menos, liberó a Juanma de una función complicada para él. Estuvo en la referencia aunque su juego resultó muy previsible. El equipo necesita una mayor variedad de registros. (4)

Micki Muñoz: Se quedó en el banquillo y el centro del campo lo notó. Su salida fue testimonial, pero al menos, mejoró en rendimiento de la circulación del balón. (5)

Saúl Berjón: Estuvo muy voluntarioso tras su salida al campo, pero no llegó a generar las necesidades del equipo para lograr neutralizar al rival. (4)

Alex Alegría: Tuvo una oportunidad más, pero no aportó nada nuevo al equipo y así es difícil de que la situación pueda mejorar. (3)

Filip Malbasic: Valdría el comentario de Alegría. Su salida no cambió nada cuando necesitábamos una pequeña revolución. Poca aportación. (3)

Ernesto Gómez: Salió al campo en un último intento de revertir la situación con un gol que pudiera dar alguna opción. Pero tampoco aportó nada nuevo. Lo mejor, impedir que Álvaro pudiera ver la quinta amarilla. (4)

Julián Calero: Pues, pese al resultado, pese a la sensación de inoperancia de reacción, lo que el entrenador puso en liza, es decir, el dibujo táctico, su propuesta y la reacción en las diferentes fases del partido, estuvieron acompañadas de lógica y sentido. Pero no salió, sobre todo porque el rival era un muy buen equipo. Sí se le puede responsabilizar de la salida del equipo y la falta de concentración en la primera jugada que nos cuesta el gol. No es el primer partido que el equipo encaja muy rápido con goles que son acompañados de errores superables y que deben evitarse. Tampoco los cambios le aportaron nada. No mejoraron y lo peor es la sensación de impotencia que te deja el equipo cuando tiene que remontar. Encajar tan pronto y sobre todo, por la razón que encaja el primer gol, son situaciones que se pueden evitar y que son un lujo que no nos podemos permitir. El equipo tiene que salir concentrado desde la llegada al campo hasta su salida. Estos detalles restan nota a nuestro entrenador. Quizá el equipo necesita más registros en el ataque. Somos previsibles y eso facilita la labor de defensa de los rivales. (4)

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