“Volveremos a Primera” rugía la grada de animación una vez se culminaba la remontada frente al Alcorcón. El solo hecho de pensarlo me producía un reconfortante escalofrío. El club, que hace nada estaba en el infierno de la Tercera división, vive ahora su mejor momento. El idilio con la afición es mágico jornada tras jornada en el Plantío, incluso en muchos de los desplazamientos. La ciudad respira fútbol de nuevo.
No debemos, sin embargo, perder la perspectiva. De hecho, ser conscientes de dónde venimos hace que seamos capaces de disfrutar aún más este sueño. En los últimos 20 años, el equipo deambuló 4 temporadas en Tercera División y en otras tantas el club coqueteó con descender de 2ªB. Pasó con más pena que gloria por la categoría de bronce nacional, hasta finalmente conseguir ascender el año pasado a Segunda A. Quien sabe qué hubiera pasado sin aquel gol de Saúl Berjón, con el lastre económico arrastrado por la gestión financiera del club.
A día de hoy, el equipo está totalmente adaptado a la nueva categoría. El cuerpo técnico y los jugadores están haciendo una grandísima labor. Más aún si tenemos en cuenta que gran parte de la plantilla no tenía experiencia previa en el fútbol profesional, o simplemente una presencia testimonial. El caso más llamativo es el de Juanma. Cada partido parece que es una final para él. Juega en una categoría nueva sin pedir permiso, sin complejos. Transmite energía en cada acción a sus compañeros y a la grada.
La dirección deportiva acertó plenamente en los fichajes, trayendo gente experimentada pero no exenta de hambre. Sirva como ejemplo Valcarce o Alfonso Herrero, refuerzos que han potenciado en gran medida el rendimiento del equipo. Sin duda fichajes que dan puntos.
Calero está sabiendo adaptarse a su plantilla, con diferentes versiones tácticas pero todas cimentadas en el más absoluto compromiso colectivo. El esfuerzo no se negocia. Ha conseguido también tener a todos los jugadores comprometidos con la causa, no hay, ni mucho menos, un 11 titular definido.
Todo este cóctel viene aderezado por las 8000 gargantas del Plantío. Por momentos el equipo se cree invencible en casa, con una confianza descomunal. Juega con superioridad moral, venga quien venga. ¡Somos el cuarto mejor equipo de local!
Caminamos en mitad de tabla sobre el ecuador de la temporada. Estamos a 10 puntos del descenso y a 6 puntos del playoff. Pero más allá de la clasificación, estamos disfrutando enormemente gracias al BCF. Seguiremos soñando, pero sin perder la perspectiva ni nuestra identidad. Al fin y al cabo, el fútbol es fútbol y los sueños, sueños son.
